Vivimos
en un momento histórico importantísimo donde la política está más
presente que nunca en la sociedad española y europea, lo cual es
algo muy positivo. El problema que provoca tantos incontrolables y
poco educativos debates televisivos o en las redes sociales es que no
todo el que habla se preocupa por informarse, e incluso algunos de
los que se informan son capaces de tergiversar la verdad y de
manipular datos premeditadamente para conseguir ciertos propósitos.
Habitualmente
se intenta desvirtuar la democracia diciendo que fue precisamente una
democracia la que permitió el ascenso de un dictador extremadamente
violento como Adolf Hitler al poder. Este es un argumento falaz ya
que la constitución de aquel entonces poseía vacíos legales que
permitían la instauración de poderes dictatoriales en ciertos casos
de extrema necesidad. Algo
que no es posible según las directrices de las democracias modernas.
Dentro
de toda esta desinformación hay un argumento que se utiliza muy
habitualmente para atacar a algunas opciones políticas de izquierdas
en particular y al sistema democrático en general. Se trata del mito
de que Adolf Hitler ganó democráticamente unas elecciones y
después, respaldó su tiranía en ese triunfo electoral. Esto es un
dato rotundamente falso, pues Hitler nunca obtuvo mayoría absoluta
en unas elecciones democráticas.
Entonces,
¿cómo fue realmente la llegada de Hitler al poder? Lo desarrollo en
las siguientes líneas.
Contexto
histórico
La República de
Weimar es el término, aplicado con posterioridad, que se la da a
la Alemania pre-nazi, desde el final de la Primera Guerra Mundial en
1919, a la proclamación de la Ley Habilitante del 23 de marzo de
1933, la ley que permitió definitivamente que Hitler obtuviera el
control absoluto del país. ¿Sabes cómo lo consiguió realmente?
Hitler es nombrado
canciller
Hitler había perdido las
elecciones presidenciales alemanas, celebradas el 10 de abril de
1932, frente a Paul von Hindenburg, que ganó con una mayoría
absoluta del 53% frente a los casi 37% que obtuvo el partido de
Hitler.
El 31 de Julio de 1932 se
celebraron las séptimas elecciones de la República de Weimar con el
propósito de elegir a los miembros del Parlamento alemán (de ahora
en adelante: Reichstag). Por aquel entonces el Partido
Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP) de Hitler ya
contaba con un brazo paramilitar, las SA, el cual participaba
en numerosas batallas campales contra los comunistas en las calles de
las ciudades alemanas. Estas fueron las primeras elecciones en
las que el Partido Nazi se convirtió en la primera fuerza política
alemana con 230 escaños, un 37% de los votos.
El 6 de Noviembre de 1932
se celebraron las octavas y últimas elecciones parlamentarias
consideradas democráticas, ya que las elecciones del año siguiente
estarían dominadas por una atmósfera de represión e intimidación
por parte del gobierno de Hitler. En estas elecciones, de nuevo el
Partido Nazi obtuvo el mayor apoyo de todo el Reichstag con 196
escaños, lo que equivale a un 33% del censo. Esto significaba que en
solo 3 meses habían perdido aproximadamente unos 2 millones de votos
y unos 34 escaños, lo que significaba que el Partido Nazi estaba en
clara decadencia.
Sin embargo, a principios
del año siguiente se produce un acontecimiento clave para el ascenso
de Hitler al poder. En un principio, el presidente von Hindenburg
decidió nombrar canciller a Franz von Papen, el cual no llegó a
asumir dicho puesto debido a que en ese momento, las SA toman el
control militar de Berlín. Es entonces cuando, el 30 de enero de
1933, el presidente Paul von Hindenburg designa como canciller al
líder del NSDAP, Adolf Hitler. Esta es la manera en la que Hitler
comienza a instaurarse en el poder, desde luego no es un método
democrático.
Una vez nombrado
canciller, el objetivo de Hitler era conseguir instaurar la llamada
Ley Habilitante, que le permitiría tener el control absoluto
del poder legislativo, para lo cual necesitaba el 66% de los votos
del Reichstag. ¿Cómo lo consiguió? Mediante el llamado Decreto
del incendio del Reichstag del 28 de febrero de 1933.
Decreto del incendio del
Reichstag
La noche del 27 de
febrero se produjo un gran incendio en el edificio del Reichstag. Los
nazis inmediatamente responsabilizaron a los comunistas, lo cual
provocó una ola de histeria en la clase media y campesina, generando
un gran miedo y desconfianza entre las masas, que temían una guerra
civil provocada por los comunistas. El propio gobierno declaró
contar con pruebas que demostraban la conspiración comunista contra
el Estado, pero dichos documentos nunca fueron presentados.
Adolf Hitler, junto con
su gabinete, se encargaron de manipular al anciano presidente Paul
von Hindenburg para que le permitiera emitir el Decreto del incendio
del Reichstag, el cual fue promulgado al día siguiente
del incendio.
Este decreto era una
norma legal emitida como respuesta gubernamental al incendio de la
noche anterior, el cual solo constaba de 6 artículos que mitigaban
enormemente los derechos de los ciudadanos y que fue el principio del
fin de las libertades del pueblo alemán. Mediante este decreto se
redujo el número de asientos en el Reichstag, arrestando a todos los
miembros socialdemócratas necesarios para conseguir la mayoría
deseada para aprobar la Ley Habilitante. También se anuló la
libertad de prensa, de reunión, de expresión y la privacidad de las
comunicaciones. Se ampliaba el número de crímenes que se podían
castigar con la pena de muerte. Además, se fijaba que el decreto
tenía efecto retroactivo, lo que permitía aplicar la pena de muerte
a los crímenes cometidos antes de la promulgación del propio
decreto y permitió la construcción de los primeros campos de
concentración.
El 5 de marzo de 1933 se
celebraron las novenas elecciones parlamentarias de la República de
Weimar. A pesar de la ya mencionada atmósfera de temor y
desconfianza que generaba el Partido Nazi y su brazo paramilitar
contra el pueblo y la oposición, de nuevo, no consiguieron la
mayoría absoluta. El partido de Hitler consiguió esta vez 288
escaños y casi un 44% de los votos. Pero los métodos democrátivos
ya no importaban, Hitler tenía en mente un método mucho más fácil
y contundente de conseguir el poder.
La ley Habilitante de
1933
El 23 de marzo de 1933,
durante la votación de la Ley Habilitante, Hitler permitió que en
el edificio donde se reunía el Parlamento entrasen hombres de la SA
para intimidar con gritos y amenazas a los votantes aún indecisos
del Partido del Centro, cuyos votos Hitler necesitaba para conseguir
la mayoría deseada: dos tercios del Reichstag. De esta manera, al
final de la sesión se logró la presión deseada y 444 diputados
votaron aprobando la ley, con un 83% de votaciones. Acababa de comenzar el régimen del Tercer Reich.
Conclusión
Después de la Ley
Habilitante, hubo de nuevo unas absurdas elecciones parlamentarias en
las que esta vez el partido de Hitler obtuvo una aplastante victoria.
Fue a la vez el partido más votado y el menos votado, precisamente
por ser el único partido legal ya que todos los partidos de la
oposición habían sido prohibidos por el propio Hitler. Además, el
voto no era secreto y los ciudadanos eran amenazados con represalias
si se atrevían a votar cualquier otra opción que no fuera el
Partido Nazi. A pesar de las amenazas, más de 3 millones de personas
presentaron votos nulos. Hitler sí gano, al fin, unas elecciones,
con el 95% de votantes y el 100% de los escaños.
Por tanto, lo máximo que
consiguió el partido de Hitler dentro del sistema democrático fue
ser primera fuerza política en unas elecciones parlamentarias (no presidenciales) en Julio de 1932, con un 37% de los
votos, que no es lo mismo que decir que alcanzó el poder
democraticamente.
Tampoco es correcto decir
que el partido de Hitler llegó al poder formando coalición con
otros partidos puesto que el verdadero impulso que recibió Hitler
para alcanzar el Gobierno fue la elección a dedo como canciller por parte del senil
presidente de la República de Weimar, Paul von Hindenburg.
Recordemos que cuando Hitler recibe este reconocimiento su partido
estaba en clara decadencia al haber perdido más de 2 millones de
votantes en tan solo 3 meses.
Me lo voy a leer todo y bien porque necesito aprobar las oposiciones este año, así que estas cosas me interesan mucho. Un besazo.
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