Hace
30 años un “flash” o resplandor iluminó y calentó la Tierra devorando todo a su
paso: ciudades, vegetación, fauna y civilización humana. Las pocas personas que
sobrevivieron se las arreglan como pueden, principalmente formando parte de
pequeños grupos de bandidos donde impera la ley del más fuerte. Parece ser que todo el agua dulce sobre la
superficie del planeta también fue evaporada y no queda más remedio que
buscarla en pozos y manantiales, los cuales también escasean.
Esta
es la realidad distópica que nos presentan los directores, los hermanos Hughes,
junto con el guionista Gary Whitta. El típico mundo distópico plagado de
hombres y mujeres extremadamente salvajes y violentos, donde los
homicidios, violaciones e incluso el canibalismo están a la orden del día y
donde el agua limpia y potable es el bien más preciado y buscado.
A
través de una atmósfera visual cargada de grises y de un paisaje árido y
polvoriento aparece nuestro protagonista, Eli (Denzel Washington), que nos
enseña nada más lejos que su día a día en este mundo post-apocalíptico. Con
grandes aptitudes de supervivencia y combate cuerpo a cuerpo, vemos a Eli viajar
hacia el Oeste, intentando seguir su camino a toda costa y sin buscar
problemas, cosa que obviamente no consigue. Cuando se ve acorralado y no hay
otra salida empuña su machete y va repartiendo “amor” hasta hacerse camino
terminando con todo el que se atreva a enfrentarse a él. Son combates
espectaculares donde Eli muestra unos inigualables reflejos y habilidad con el arma,
con ecos que nos transladan a los combates de la película Kill Bill, solo que en este caso el protagonista porta un machete en vez de dos katanas.
Una
vez hemos podido ver de qué está hecho el tal Eli, pronto aparece en pantalla
el villano de la película, Carnegie, en la piel de nada menos que Gary Oldman.
Es en este punto cuando, por primera vez, el filme nos deja entrever la relación
que hay entre el título de la película y los acontecimientos de la misma, pues
se puede intuir fácilmente que Carnegie busca aquello que Eli posee y prometió
proteger.
La
película comienza con un ritmo sosegado e incluso lento, pero a partir de la
aparición del ya mencionado Oldman, Sonara (Mila Kunis) y su madre Claudia
(Jennifer Beals), se dan lugar los acontecimientos más interesantes, donde el héroe
trata de cumplir su misión luchando contra el despiadado villano y sus
secuaces. Todo ello en el marco de un paisaje desolado y lóbrego, con
reminiscencias del género western claramente identificables desde el primer
momento.
Una
anécdota curiosa (o quizá no tanto) es que el doblador habitual de Gary Oldman,
Pedro Molina, sí actúa en esta película aunque le pone voz a Denzel Washington,
no al propio Oldman. Esto se debe a que no estamos hablando de
un actor al uso, sino de un gran especialista en el control del registro vocal. Recordemos que Oldman en algunos países (entre ellos, España)
ha tenido que ser doblado por dos actores en la película Drácula, de Bram
Stoker (Bram Stoker's Dracula, 1992) debido a que uno solo no podía realizar los cambios de
octava del multigalardonado actor.
Título original: The book of Eli
Año: 2010
Género: distopía, ciencia ficción
Dirección: Albert y Allen Hughes
Guión: Gary Whitta
Reparto: Denzel Washington, Gary Oldman, Mila Kunis, Jennifer Beals, Ray Stevenson
Música: Atticus Ross
Fotografía: Don Burgess
Puntuación: 3,5/5
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