Todo me parece irreal. De repente, el mundo es extraño, insustancial, carente de propósito. Los libros se convierten en una válvula de escape, un viaje hacia otro tipo de universos donde solo soy un observador entusiasta que no pierde atención de lo que sucede allí abajo, entre las páginas, sin que a mí nada me influya directamente. Muchas veces siento que he nacido en el lado equivocado de la realidad, que mi filosofía es demasiado extraña en un lugar tan poco ético.
También, a veces, quisiera no poder ni saber pensar, ni escuchar, ni soportar. Al menos no en un contexto de población civilizada. Quisiera huir, allá donde nadie me moleste, nadie me compare, ni nadie me juzgue. Un lugar donde no existan cosas que quiero entender y no puedo, donde los juicios no tengan sitio, un lugar lejos de la perfidia irreal de lo cotidiano. Un lugar que no me haga sentir tan solo rodeado de tanta gente, ni donde el propio entorno me condene al cadalso.
Seguiré buscando…
«Tengo esperanza de que el Pacífico sea tan azul como en mis sueños.»
Rita Hayworth y la redención de Shawshank, Stephen King
Sí que es solitario escribir y a veces uno siente que no todo lo que debería.
ResponderEliminarNo sé qué es lo que te ha pasado... pero de todo se sale y todo pasa. Y los escritores bloggeros estamos por aquí sintiendo, en ocasiones, cosas parecidas. ;)
Saluditos!
¡Hola, Diana! Solo ha sido uno de esos momentos de reflexión que se tienen de vez en cuando. Viene muy bien a veces desahogarte escribiendo.
Eliminar¡Saludos!